Aquel Felipe que, de la mano de Alfonso Guerra y Nicolás Redondo Urbieta, condujo al socialismo del Frente Popular, que concluyó en la II República, a un PSOE que se inspiró en el socialismo alemán, llevó a cabo una reconversión industrial ejemplar, se distanció de las malas compañías del siempre fracasado comunismo, y se modernizó desde «OTAN de entrada NO» hasta una equiparación con el socialismo europeo y la moderación de los partidos democráticos de Occidente. La crisis económica, que no fue culpa del actual asesor de tiranos, frustró el trabajo iniciado, pero llegó Pedro I, El Mentiroso, y, con una eficacia deslumbrante, ha formado el Frente Popular del siglo XXI, con los mismos socios que componían el Frente Popular que robó las elecciones de 1936: comunistas, socialistas, nacionalistas y anarquistas. Y sus cómplices le secundan con alegría, como la Fiscalía General del Estado, o con interés agradecido, como el presidente del Tribunal Constitucional, que está muy satisfecho porque su hijo ha sido nombrado para un alto cargo en Telefónica –por sus méritos, claro– y la cosa no fue fácil, que antes hubo que ordenar al anterior presidente de Telefónica que acudiera a Moncloa para informarle de su cese y sustituirlo por dirigentes perspicaces, de confianza, que saben descubrir las enormes cualidades de algunos hijos, que suelen pasar inadvertidas para la gente del montón, como usted y como yo.
Author: (abc)
Published at: 2025-05-18 17:57:36
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