Meri, cofundadora de la Fundación Colabora Birmania, llegó hace 16 años a Mae Sot, una localidad encajada en la selva del oeste de Tailandia, justo en la frontera con Birmania, para convertirse en una especie de ángel de la guarda de los refugiados de un país ahora asolado por los alrededor de 3.000 muertos oficiales que ha dejado el seísmo. "Ahora estamos construyendo un refugio y ayudamos en una panadería y un hotel que tienen proyectos de reinserción laboral para refugiados birmanos", cuenta esta catalana de Vic, que se dedicaba a negocios en la hostelería hasta que apareció como mochilera en Tailandia y se quedó atrapada con los proyectos humanitarios en Mae Sot que ya había iniciado otra española, Carmen Cebrián, que llegó aquí en 2008, tras un ciclón que arrasó Birmania con más de 10.000 muertos. Meri también subraya que uno de los inesperados contratiempos al que los cooperantes internacionales se están enfrentando este año es la brusca suspensión por parte del presidente estadounidense Donald Trump de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que era el principal soporte financiero del Comité Internacional de Rescate (IRC), que distribuye la atención sanitaria en los campos de refugiados.
Author: Lucas de la Cal
Published at: 2025-04-02 22:12:09
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