El 30 de abril de 1966, uno de esos vuelos de prueba estuvo a punto de acabar en desastre cuando, tras despegar de la base aérea de Edwards, en California, los pilotos Al White y Joe Cotton detectaron un fallo grave al intentar retraer el tren de aterrizaje. Mientras, en tierra, los ingenieros revisaban diagramas de cableado y datos de sensores hasta encontrar el origen del problema: un disyuntor averiado había dejado sin energía el sistema eléctrico de respaldo del tren de aterrizaje. Algo sencillo en un hangar con herramientas, pero no dentro de un bombardero experimental sellado y a gran altitud, donde la tripulación solo contaba con su equipo de vuelo y un maletín.
Author: Irene Mendoza
Published at: 2025-12-15 18:00:58
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