A mi juicio, lo más preocupante del acuerdo no es el impacto económico que se derivará para la UE: en términos relativos, con un arancel general del 15% (más allá del 50% para acero y aluminio) puede incluso que acabemos ganando competitividad en términos relativos con respecto a otros países, como China, que tendrán que enfrentar aranceles mayores; la UE ya invierte masivamente en Estados Unidos, tanto en Inversión Directa Extranjera como en Inversión de Cartera y al fin y al cabo, fiscalizar el cumplimiento de estos compromisos no será sencillo; las mayores compras de equipamiento militar a Estados Unidos ya quedaron garantizadas en gran medida con el compromiso de la última Cumbre de la OTAN, ya que en 2023, más del 60% de las compras de equipamiento militar de la UE se hicieron a Estados Unidos. No ha aplicado ninguno de estos paquetes de respuesta y ha asumido la idea de los aranceles recíprocos, que suponen el final definitivo de la Cláusula de Nación Más Favorecida, con arreglo a la cual, a menos que exista un Tratado de Libre Comercio, bajo las reglas de la OMC, un país ha de aplicar al resto el tipo arancelario más bajo que se establezca sobre un producto. Este instrumento fue introducido durante la última legislatura europea, en medio de una fuerte polémica, por el tipo de medidas que su activación podría conllevar: va más allá de las medidas comerciales tradicionales, permitiendo a la UE responder con instrumentos de naturaleza completamente diferente.
Author: Judith Arnal
Published at: 2025-07-28 22:01:06
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