El desprecio de Trump hacia Europa y Ucrania, dejándolos al margen de unas negociaciones con Rusia, no deberían sorprendernos tanto, pues Trump no es un político guiado por la inteligencia (la poca que tiene está infantilizada), sino por lo que considera sus intereses particulares, que los extrapola convirtiéndolos en “patrios”. Para Trump, Gaza puede ser un negocio inmobiliario, y Ucrania, un espacio físico muy lejano que Rusia ha ido adquiriendo por la fuerza, y ese mérito gusta al presidente Trump, y por ello está convencido que hablando directamente con Putin hará que la guerra termine pronto, pues dejará de vender armas a Ucrania y a quienes la apoyen. Ucrania, aunque no esté todavía en la Unión Europea, puede quedar troceada si así lo quiere Rusia, que sí es realmente una potencia con la que Estados Unidos quiere tener buenas relaciones, dándose la paradoja de que, incluso rompiendo el transatlantismo de la OTAN, ya que Estados Unidos irá por libre, las relaciones Washington-Moscú pueden ir como la seda.
Author: Vicenç Fisas
Published at: 2025-02-19 21:39:58
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