El 7 de agosto la secretaria de Justicia de EE.UU., Pam Bondi, anunció una recompensa de 50 millones de dólares por información que lleve al arresto de Nicolás Maduro, el Presidente de Venezuela, que desde 2020 enfrenta cargos formales por narcotráfico en el sistema judicial estadounidense. En su momento, el entonces fiscal general de EE.UU. durante el primer mandato de Trump, Bill Barr, que reveló las primeras acusaciones de tráfico de drogas contra Maduro en 2020, apuntó al gobierno venezolano como facilitador del transporte de “hasta 250 toneladas de cocaína anuales”, lo que representaría una cantidad ínfima en los volúmenes globales de narcóticos y menos del 10% de la producción. Para Phil Gunson, un investigador del International Crisis Group basado en Caracas desde hace más de una década, el rol de Maduro recuerda el del exlíder de Panamá Manuel Noriega, condenado a décadas de cárcel en distintas jurisdicciones por su asociación con el cartel de Medellín en 1992: un socio externo que, aun no siendo parte directa de un cartel, igualmente se beneficiaba de rutas de narcotráfico bajo su protección.
Author: Fernando Fuentes
Published at: 2025-09-03 17:30:00
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