Se trata de un alto el fuego escalonado, que estaba previsto que comenzara seis horas después del anuncio, en la medianoche del lunes al martes en EE.UU. (seis de la mañana del martes en España): en primer lugar, obliga a Irán a cumplir el alto el fuego durante las primeras doce horas; después, Israel tendrá que empezar su alto el fuego durante otras doce horas. «Enhorabuena, mundo, es el momento de la paz», escribió en su red social, después de comprobar cómo la respuesta iraní a los ataques estadounidenses del pasado contra sus instalaciones nucleares no tenía potencial para desatar una guerra abierta entre Irán y EE.UU.: Irán solo ejecutó una operación que el Pentágono calificó de «simbólica», un lanzamiento telegrafiado de una docena de misiles a la base militar estadounidense de Al Udeid, en Qatar, sin ninguna intención de hacer daño real. Trump se arriesgaba a desatar una guerra abierta con Irán, con la posibilidad de implicar a otras potencias cercanas a Teherán, pero, a primera vista, ha conseguido grandes objetivos: ha destruido o debilitado con fuerza -queda por ver el daño causado por los ataques estadounidenses- el programa nuclear de Irán -el principal objetivo tanto de Israel como de EE.UU., a la espera de conocerse el alcance de los daños-, ha mantenido el apoyo a Israel, ha beneficiado a sus aliados del Golfo Pérsico que ven en Teherán una amenaza y ha evitado que EE.UU. descienda a otro conflicto de largo recorrido en Oriente Próximo.
Author: (abc)
Published at: 2025-06-23 20:34:26
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