Katmandú, la capital nepalí, ha amanecido este sábado bajo el toque de queda impuesto por el Gobierno federal tras las dos grandes manifestaciones que se registraron el viernes a la misma hora -una a favor de la restauración de la Monarquía y otra en apoyo del sistema republicano actual- y de los violentos choques entre grupos de apoyo realista y las fuerzas policiales, que desembocaron en disturbios y, sobre todo, que causaron al menos dos muertos y decenas de heridos. Las organizaciones que reclaman la vuelta de la Monarquía habían convocado una nueva protesta en Katmandú, tras la exitosa concentración del pasado 9 de marzo en el principal aeropuerto de la ciudad que se hizo coincidir con el regreso de Gyanendra tras varias semanas fuera, a modo de demostración de fuerza a las autoridades nepalíes, que desde entonces han centrado todo su discurso en la imposibilidad de que se restaure el Trono. El trono y la religión se han convertido en los dos factores que galvanizan la protesta de muchos nepalíes descontentos por la deriva de la nación que recuperó la democracia en 2008 y aprobó una Constitución en 2015 que consagra una República federal y secular, con un sistema político que ha alimentado una fragmentación parlamentaria tan extrema que hace prácticamente imposible la gobernabilidad.
Author: Eduardo Álvarez
Published at: 2025-03-29 11:57:32
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