Sanderling resaltó el expresionismo de la partitura y se prodigó en matices, capaz de subrayar los coloristas tutti con el mismo acierto con el que trabajó los pasajes más camerísticos (grandes trabajos solistas de fagot, contrafagot, flautas o trombón). La lectura de Michael Sanderling de este himno de resistencia del pueblo de Leningrado ante el asedio nazi tuvo una construcción catedralicia y permitió a la OSG desplegar toda su artillería. La batuta, siempre demasiado seria, mostró el buen sonido de la OSG; pero pasó de puntillas por la ironía de la obra, presentada como una demostración de poderío.
Author: Hugo Álvarez Domínguez
Published at: 2025-05-17 17:37:00
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