Una de ellas fue el intento de asesinar al comandante Rudolf Höss mediante la manipulación de la silla de montar de su caballo, lo que acabó con una pierna rota para el oficial. El premio fue un pan y una tableta de margarina, que compartió con compañeros, y la oportunidad de ser asignado al grupo de cuidado de animales, donde accedía a restos de comida. Murió en esa misma ciudad el 18 de abril de 1991, a los 74 años, después de haber demostrado que la técnica de un boxeador podía convertirse en un salvavidas dentro del mayor campo de exterminio nazi.
Author: Héctor Farrés
Published at: 2025-09-28 13:23:34
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