El resultado es una mezcla tóxica de impotencia y aceleración: los problemas se agravan a gran velocidad, mientras el sistema político parece cada vez menos capaz de producir respuestas que consigan mejorar la vida de la gente. Ese principio “ultradinámico” atraviesa la economía, la tecnología y la cultura, pero ha penetrado también en la política, que se ve obligada a reaccionar cada vez más rápido en un entorno crecientemente complejo y en un sistema, como el democrático, que tiene sus propias reglas, su propio ceremonial, que busca construir consensos antes de tomas decisiones. Si a esos ingredientes le añadimos una cultura pública atravesada por el resentimiento, la sospecha y la lógica amigo/enemigo, lo que obtenemos no es simplemente polarización, sino un sistema en el que cada actor se ve obligado a tratar al otro como una amenaza directa para su propia supervivencia simbólica.
Author: Joan Subirats
Published at: 2025-12-01 21:10:59
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