Ya en 1848, el francés Joseph-Louis Lambot construyó una pequeña barca de este material para presentarla en la Exposición Universal de París de 1855. Algunas fueron deliberadamente hundidas para formar parte de los Mulberry harbours, puertos artificiales diseñados por los aliados para desembarcar tropas y suministros en las costas francesas tras el Día D. Aunque no eran veloces ni eficientes en el mar, su uso estratégico resultó clave para proteger las estructuras flotantes de los ataques y del oleaje, facilitando el avance de los aliados. En lugares como Países Bajos se emplea en la construcción de barcazas flotantes que sirven de base para viviendas sobre el agua, protegidas con materiales adicionales para asegurar su durabilidad.
Author: Luis Ángel Márquez Flores
Published at: 2025-07-06 17:00:12
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