En ese contexto, el FCAS había sido concebido como el emblema de un continente capaz de competir con el F-35 estadounidense, de asegurar reemplazos para los Rafale y Eurofighter que empiezan a acercarse a su final operativo, y de demostrar que Europa aún puede liderar revoluciones tecnológicas en defensa. Ocho años después de su presentación, FCAS acumula retrasos, disputas internas y un ambiente de desconfianza que convierte cada negociación en una lenta erosión de expectativas, obligando a preguntarse si este avión de 100.000 millones de euros no se ha convertido en un test fallido antes incluso de despegar. Merz, por su parte, lidia con una economía que busca reinventarse y con un auge de la ultraderecha que obliga a cuidadosas calibraciones internas, pero a diferencia de Francia, Alemania sí dispone de recursos: su presupuesto de defensa se encamina hacia una duplicación que transforma a Berlín en el socio dominante en términos financieros.
Author: Miguel Jorge
Published at: 2025-11-25 18:01:06
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