Me di cuenta de que el deporte no era lo mío, que no iba a ser jugador de fútbol, ni de tenis, ni de nada, y que lo que me distinguía del resto era la capacidad de pensar rápido y de hacer cuentas. Hablemos de fútbol y de lo que yo percibo como la gran crisis en el mundo del valor y de la idea de comunidad, de pertenencia, de arraigo, y de los valores de ayudar al prójimo y quizá estar con alguien que no es igual a uno. Por eso pasa lo que pasa con jugar en países donde no se respetan los derechos humanos o con el exceso de competiciones: hacer que los jugadores jueguen hasta que están muertos, como ocurrió recientemente en el Mundial de Clubes de Estados Unidos, cuando se les hacía jugar con 40 grados de temperatura después de haber tenido una temporada larguísima.
Author: Olga Agüero
Published at: 2025-10-04 19:14:54
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