María Luisa, de 51 años; Pascual, de 65; y Rosa, de 56; son fundadores de Santo Domingo Kesté, en el municipio de Champotón, Campeche, uno de los pueblos que se construyeron a finales de los 80 para dar refugio a esa ola de víctimas. Lo que hoy es Santo Domingo Kesté eran terrenos de un rancho que la naciente Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) compró en México, en coordinación con la recién creada Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) de la Secretaría de Gobernación, para donárselos a los indígenas. Pero su orgullo actual también radica en que fue designada consejera nacional de la etnia quiché ante el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) en el actual sexenio, en el que, gracias a una reforma promovida por la presidenta Claudia Sheinbaum, los pueblos indígenas de México son considerados ya sujetos de derecho y ejercen, por ellos mismos, presupuesto federal.
Author: Rafael Montes
Published at: 2025-08-06 19:41:00
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