La OTAN vuelve a merodear por una de las grandes democracias de Asia con una visita de dos días a Japón del líder de la Alianza Atlántica, el neerlandés Mark Rutte, y eso siempre provoca una aireada rabieta por parte de China. Kishida, caído en desgracia por varios escándalos de corrupción de su partido, activó en su país un histórico plan de rearme que rompía con la tradición pacifista heredada de la posguerra y que ha dado continuidad el actual líder, Shigeru Ishiba, el mismo que, durante la campaña electoral de 2024, antes de ganar las elecciones, llevaba como propuesta más llamativa la creación de una "versión asiática de la OTAN" para disuadir a China. En el último mes, los medios nipones han desvelado que, además de tener a punto a su primer portaaviones desde la Segunda Guerra Mundial y la compra de cazas estadounidenses F-35, el plan de rearme pasa por desplegar misiles de largo alcance en la isla sureña de Kyushu, un punto estratégico clave para disuadir la presión militar de Pyongyang y Pekín, así como reforzar las defensas del archipiélago de Okinawa, donde están desplegados la mayoría infantes de marina estadounidenses que hay en el país.
Author: Lucas de la Cal
Published at: 2025-04-08 22:06:10
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