“El gobierno ruso señala a la inflación como la mayor de las amenazas” sobre su coyuntura desde hace meses, aunque ahora se ha unido una desaceleración preocupante, con síntomas de debilidad del consumo y la industria, que podría desencadenar un riesgo mayor con el descenso de cotización del barril de petróleo, pero, sobre todo, un peligro aún más devastador ante los efectos que la escalada arancelaria estadounidense -del 104%- ha fijado contra las mercancías y servicios chinos, “el gran socio comercial y aliado en el estado de salud de las arcas rusas” durante el trienio de sanciones occidentales. Las debilidades económicas que menciona Lubin empiezan a vislumbrarse al término del primer trimestre de andadura de la versión Trump 2.0 con vestigios de estancamiento de actividad por el encarecimiento de los costes de vida, el retroceso del consumo de hogares y de la producción industrial y la aparición de riesgos globales, como las turbulencias bursátiles, y con repercusión directa sobre las finanzas del Kremlin, como el descenso de la cotización del petróleo. Además, para los analistas de Raiffeisenbank, “el deterioro de una parte significativa de sectores industriales se está volviendo persistente” hasta el punto de que “su anemia está consolidando los indicios de desaceleración”, afirman en una nota a inversores en la que mencionan de forma expresa el elevado precio del dinero, la escasez de mano de obra, la cadencia productiva fuera del segmento armamentístico y la presión sancionadora de Occidente.
Author: Ignacio J. Domingo
Published at: 2025-04-12 20:27:06
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