Riqueza en piso de tierra

Riqueza en piso de tierra


Sentados en torno a la mesa rústica, cercana del fogón, sobre un piso de tierra que “rechinaba de limpio”, la prole de los tíos Cavita y Noé, las hijas de la tía Tina, también guadalupanas, y mis hermanos y yo que veníamos del distrito de San Francisco, conformábamos la catizumba de carajillos y adolescentes de vacaciones, en los años sesenta. Eran días de festejos patronales en honor a la Virgen de Guadalupe, que culminaban el 12 de diciembre con una serenata en el atrio de la iglesia, frente a la plaza de fútbol, rodeada de chinamos en un espacio sorprendente pues, además del hermoso quiosco que subsiste al costado oeste del parque actual, ahí cabían la rueda de Chicago, la capitana y los caballitos, la bruja y cien pasadizos de los payasos que nos perseguían con sus chilillos. De ahí que la inevitable nostalgia entre el sepia de las fotografías, los resquicios de la memoria y las páginas inexorables del tiempo, nos motiva a preservar y añorar a referentes como la tía Cavita, una heroína sin pedestal cuya memoria persiste en la prédica de sus descendientes y en los afanes de las buenas gentes que honran a esa comunidad.

Author: Roberto García Herrera


Published at: 2025-06-29 13:00:00

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