Así que, en connivencia con Estados Unidos, los israelíes han dejado ese reparto en manos de la controvertida Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), un chiringuito privado amigo de los dos Gobiernos que no está sabiendo hacer su trabajo, que ha sumido las llamadas colas del hambre en el caos, hasta el punto de que en ellas han muerto ya 875 personas, según datos de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, difundidos a 13 de julio. Uno de aquellos expertos fue Moncef Khane, exoficial de la ONU y trabajador humanitario con tres décadas de labor a sus espaldas, que explica que "si bien por hambruna se entiende generalmente una falta aguda de nutrición que puede llevar a la inanición y la muerte de un grupo de personas o de una población entera, no existe una definición universalmente aceptada del concepto en el derecho internacional". Entiende que se pueden escudar en la falta de datos independientes, por la complicación que tiene el personal de la ONU para trabajar por las limitaciones impuestas por Israel, cuando todo depende de reportes de colaboradores de dentro o de prensa local (los ojos del mundo ante la negativa de Israel de permitir que entren medios internacionales, sin testigos).
Author: Carmen Rengel
Published at: 2025-07-22 16:01:49
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