El archipiélago se asienta justo sobre el canal de Bashi, una garganta marítima por la que transitan submarinos, buques de carga y cables de comunicación que conectan Asia con el resto del planeta. Desde entonces, la isla vive bajo un zumbido constante: el de los ejercicios conjuntos, los drones de vigilancia y el rumor de una tensión que crece sin gritar. Y mientras las grandes potencias calculan distancias y tiempos de respuesta, los habitantes siguen mirando el mar con la misma pregunta que resume toda su incertidumbre: ¿cuánto falta para que el siguiente viento del Pacífico traiga, en vez de lluvia, historia?
Author: Martín Nicolás Parolari
Published at: 2025-11-08 13:14:02
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