 
                    En Alemania, el banco Helaba advierte de un "shock chino 2.0": tras el ingreso de China en la OMC en 2001, sus exportaciones se centraban en juguetes y textiles; hoy compite en maquinaria, automoción y química de alta tecnología. El informe de Cefic y Advancy avisa de que el 40% de las plantas europeas podría cerrar antes de 2040 si no se acelera la transición hacia materiales de bajo carbono y productos de alto valor. Y en los laboratorios vacíos de Europa, el eco de las máquinas apagadas suena como una advertencia: sin energía competitiva, sin política industrial y sin visión común, el próximo experimento europeo puede ser el de su propia desindustrialización.
Author: Alba Otero
Published at: 2025-10-30 19:30:57
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