En los poco más de dos meses transcurridos desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, un aspecto ha quedado meridianamente claro: el menosprecio de la nueva Administración estadounidense hacia Europa en general y la Unión Europea en particular. Ese desprecio se ha traducido en medidas concretas, como la decisión de excluir a Bruselas de las negociaciones sobre el futuro de Ucrania, el rechazo de Trump a reunirse con los líderes europeos o siquiera a reafirmar el compromiso con la defensa del continente. "EEUU no nos necesita en términos militares, pero está claro que sus bases en el continente le son de gran ayuda para operar en el norte de África, Oriente Próximo o la propia Europa", asegura a este diario Sven Biscop, politólogo de la universidad de Gante, especializado en defensa y geoestrategia.
Author: Ricardo Mir de Francia
Published at: 2025-03-29 07:00:17
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