A diferencia del soldado ucraniano o ruso de primera línea, sometido a unas condiciones cercanas a las padecidas en la Segunda Guerra Mundial, el piloto de drones no está tan cercano a las trincheras, puede ver al enemigo antes de que el enemigo lo vea a él y resulta vital para la defensa de sus compañeros. Algunos pilotos de drones se están convirtiendo en auténticas estrellas de la guerra: el antiguo DJ de música tecno Artem Timofeev, presunto cerebro de la Operación Telaraña, junto al ex tenista ucraniano Alexander Dolgopolov, que llegó a ser el número 13 en la lista de la ATP y ahora opera drones de combate, son dos de los más conocidos, pero otros anónimos como Darwin, Strilok, Robert Magiar Brovdi o Andrii Skyba Skibin han conseguido, cada uno, cientos de bajas. Mientras tanto, empresarios y startaperos ucranianos como Oleksiy Babenko, fundador y CEO de la compañía Vyriy Drone de 24 años, producen cientos de unidades al día de drones de fibra óptica, capaces ya de atacar a 40 kilómetros de distancia.
Author: Alberto Rojas
Published at: 2025-06-03 20:47:18
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