Antonio, un hombre sin hogar de 60 años acogido en uno de los centros de la Comunidad de Sant'Egidio, fue uno de los invitados a rendir homenaje al pontífice y no dudó en definirse como uno de tantos a los que Francisco tendió la mano. Un padre que siempre luchó por los últimos, por los débiles invisibles, los que no tienen voz, siempre salvó vidas porque siempre estuvo a bordo de un barco en el Mediterráneo, con su pensamiento, pero también con sus palabras, porque en sus misas siempre hablaba de los que mueren en el mar, diciendo que el Mediterráneo se está convirtiendo en uno de los mayores cementerios del mundo". Los más desfavorecidos también participaron en el recibimiento del féretro del papa en Santa María la Mayor, esperando con rosas blancas en la escalinata de entrada de la basílica romana que él mismo el eligió para su sepultura, ya que fue muy devoto de la Virgen que custodia, el icono de la 'Salus Populi Romani'
Author: Agencias
Published at: 2025-04-26 16:31:04
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