“Los alzados tuvieron la suerte de que muchos de sus espías ya se dedicaban a ello en el campo de la información policial o como militares”, comenta el también director de Comunicación de la UNED. En aquel momento, en ocasiones ya era patente la poca estructuración de los servicios de inteligencia republicanos, frente a la forma de actuar de los sublevados, quienes contaron con la gran ventaja a nivel tecnológico y profesional que les aportaron los nazis alemanes y fascistas italianos. El 1 de febrero de 1939 se reunió en Béziers con el director del Servicio de Información Diplomática y Especial, Anselmo Carretero, y en abril y mayo se vio dos veces con el político de Izquierda Republicana Ignacio de Tomás, quien le pidió que atentara contra el jefe de Policía o el alcalde de Barcelona, en ese momento fieles franquistas, ya que la ciudad había caído el 26 de enero.
Author: Guillermo Martínez
Published at: 2025-05-24 20:59:45
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