Inspirado por el peronismo y sus mitos fundacionales, como la épica bolivariana, el anti occidentalismo, el culto al pueblo o la victimización tercermundista, y siguiendo la estela de las victorias de la izquierda populista hispanoamericana (Chávez, Correa, Morales... con el tótem cubano como faro), Francisco presentó en 2013 su llegada al Vaticano como una lucha contra «la casta». El Gobierno, a la vez que emprendió una dura ofensiva contra la Conferencia Episcopal y algunas de sus instituciones -como el modelo de educación concertada y privada católica, o el modelo de familia-, cultivó su relación con Francisco, quien recibió oficialmente en diferentes momentos a seis miembros del Ejecutivo -entre ellos Sánchez y Begoña Gómez-, en lo que se puede definir como un matrimonio de conveniencia: el presidente buscó y encontró el apoyo del Vaticano para doblegar a la iglesia española en cuestiones como la resignificación del Valle de los Caídos o los bienes de la Iglesia. Sin embargo, el equilibrio de poder está cambiando, y un giro conservador en la sucesión de Francisco, en un contexto de reorganización del orden mundial por el regreso de Trump a la Casa Blanca y la amenaza rusa, podría cerrar las puertas vaticanas al mismo Gobierno que instrumentalizó la figura del Papa en beneficio propio.
Author: Iñaki Ellakuría
Published at: 2025-04-22 22:04:02
Still want to read the full version? Full article