Pedro J., que dio clases de Literatura española contemporánea en el Lebanon Valley College de Pensilvania en 1973 y 1974, pero que es también el mayor estudioso en lengua española de la Revolución francesa, es una amalgama de ambas influencias. Cuando, por volver a esos eventos periodísticos de los que hablaba antes, te topas con un veterano de las guerras pedrojotistas del pasado, léase un Pedro G. Cuartango, una Lucía Méndez o un Esteban Urreiztieta, el subtexto es siempre el mismo: "No se me emocione, joven, porque el verdadero Maturin soy yo; usted es sólo el invitado que ha llegado tarde a la fiesta". Por eso, cuando el populismo parece haber sido derrotado tras la publicación de alguna exclusiva de Jorge Calabrés, Alberto Prieto o María Peral, pero lo veo resurgir de sus cenizas con alguna artimaña tramposa, aunque innegablemente ingeniosa y desvergonzada, yo sólo tengo que asomarme desde mi mesa para ver al capitán Jack Aubrey y al doctor Maturin, que son los dos Pedro J. Ramírez, tocando en su despacho Música nocturna de las calles de Madrid de Luigi Boccherini mientras Mario Díaz, Arturo Criado y Vicente Ferrer gritan zafarrancho de combate y la fragata de EL ESPAÑOL carga los cañones de nuevo para perseguir a toda vela la Acheron del populismo.
Author: Cristian Campos
Published at: 2025-06-17 22:35:09
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