Había un ambiente distinto en el Teatro Real: más camisetas y vaqueros estrechos de lo habitual, más melenas en las cabezas de ellos y bisutería en los cuellos de ellas, más desarreglo en general del que se suele ver en las funciones de ópera, al menos en el patio de butacas y los primeros pisos. Que había ganas de celebrar fue evidente desde que la cantante salió al escenario siguiendo a su banda, el paso firme, el traje oscuro a medida y la melena blanca extendida por sus hombros como si se tratase de un fular: en cuanto la vislumbró, el público se puso en pie y le dedicó el aplauso y la ovación entusiastas con los que se piden los bises en la ópera. Recordó a Gay Mercader, su amigo y promotor español, que tantas veces la ha traído a España desde los 70, sacó su lado chamánico para entonar ese homenaje a los nativos americanos que es 'Ghost Dance', y emocionó cuando recordó, antes de cantarla, que 'Peaceble Kingdom' la escribió hace 20 años en homenaje a una activista americana que murió aplastada por un buldózer israelí cuando intentaba salvar la casa de un profesor en Gaza.
Author: Jacobo de Arce
Published at: 2025-10-08 22:04:26
Still want to read the full version? Full article