Ozores, Ábalos

Ozores, Ábalos


Y yo, que estaba en Torremolinos, ese lupanar de Singapur a medio camino entre Mijas y Nueva York, de niño, viendo las películas de Mariano Ozores entre los jazmines que aireaban la noche al sur. Yo me fijaba en el fondo que daban de aquella España, que parecía Miami, y con esos primeros rubores me tapaba los ojos cuando salían esos mitos del destape que ya, en mi infancia, eran mitos caducos y habían decidido inmiscuirse en películas más de arte y ensayo. Cuando la nostalgia de ese cine me entra, me leo la vida y obras de Ábalos en un karaoke y sé que no todo está perdido: que el español de Ozores es una especie inextinguible allá donde unas luces llamen a la algarabía de la sordidez.

Author: (abc)


Published at: 2025-05-25 17:03:56

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