Ochenta años de auge y caída de la alianza transatlántica que salió del horror

Ochenta años de auge y caída de la alianza transatlántica que salió del horror


Cuando los soviéticas tomaron Berlín, Estados Unidos había basado sus planes para la posguerra sobre la idea de que la Historia corría el riesgo de repetirse, así que había que evitar a toda costa que se volviera a dar una reedición de lo sucedido tras la Primera Guerra Mundial, en la que el aislacionismo norteamericano y el deseo francés de castigar a Alemania y dejarla reducida a un país agrícola sembraron las semillas de la Segunda Guerra Mundial. Por eso resulta ahora incomprensible ver al vicepresidente estadounidense JD Vance criticar a la supuesta falta de democracia de los europeos en la Conferencia de Seguridad de Múnich, o al mismo Vance con Donald Trump atacando al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en la Casa Blanca, por, esencialmente, resistir a una invasión rusa en lo que es la primera guerra de grandes dimensiones en Europa desde el 8 de mayo de 1945. Si el hombre que iba a dirigir la diplomacia financiera de Estados Unidos era un agente de Stalin o no sigue siendo debatido por los historiadores, pero de lo que no hay duda es de que conocía a muchos otros espías soviéticos, simpatizaba con la URSS y, bien por convicciones ideológicas, bien porque sinceramente creía que la colaboración entre Estados Unidos y la Unión Soviética era deseable, había transferido a Moscú secretos de Estado de Washington.

Author: Pablo Pardo, Alberto Hernández


Published at: 2025-05-07 20:53:54

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