No nacimos para la guerra.

No nacimos para la guerra.


En Colombia la reconciliación es un fracaso nacional, nuestra capacidad de anulación al contrario, de cancelar, de censurar, de desear la muerte del otro y de inventarnos una gramática que lo permita es histórica. La violencia se cocina en conversaciones de almuerzo, en columnas, en programas de opinión, en cadenas de WhatsApp, en sesiones del Congreso, en trinos iracundos que no dicen nada pero lo insinúan todo. Un adolescente armado en la mitad de la calle, disparando contra una figura pública, no es solo la expresión de la marginalidad, sino también el reflejo de una conversación nacional tan degradada que ya no distingue entre el debate y la destrucción.

Author: Diego Aretz


Published at: 2025-06-09 19:36:54

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