Un incomprensible éxito del verano de 1968, cuando en el mundo se hablaba del mayo parisino, la revolución sexual y los hippies norteamericanos mientras en España aún había censura, los universitarios corrían delante de los grises y tres millones de españoles emigraban del campo a las ciudades o llegaban a las estaciones de tren de una Europa que necesitaba mano de obra barata. El mismo presidente del PP subió este domingo el testimonio gráfico de su canturreo y movimiento de caderas a las redes sociales en un intento no se sabe si de aparentar cercanía, buenrollismo o un gracejo que no le reconocen ni sus más firmes partidarios. Feijóo no canta ni baila, pero no se lo pierdan porque si algo ha aprendido -o lo llevaba ya de serie aunque camuflado- es de grosería.
Author: Esther Palomera
Published at: 2025-09-08 20:09:21
Still want to read the full version? Full article