Ni se confundan: el verdugo es el asesino y el ajusticiado, la víctima

Ni se confundan: el verdugo es el asesino y el ajusticiado, la víctima


Mueve José K. los dos cacillos desportillados de lado a lado de su chiribitil tratando de recoger las gotas de lluvia que se le cuelan por esa vieja techumbre, ay, malformada con tejas machacadas y disparejas. Y tras mil vueltas a la noria, que el sueño tardó y tardó, se ha autoconvencido de que ambas exigen por su parte un desmentido categórico. Quieren los poderosos, como siempre, que almorcemos con ruedas de molino, que nos traguemos sin rechistar sus descomunales embustes y así, taponada nuestra inteligencia por sus muchas y arteras falencias comprarles sus acelgas pochas, sus melones pasados, sus lenguados apestosos y sus higadillos putrefactos.

Author: José María Izquierdo


Published at: 2025-03-29 20:55:42

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