No dispone de un territorio definido, no tiene una sola y efectiva autoridad gubernamental y carece de capacidad para relacionarse con otros Estados, rasgos todos ellos que, junto al de contar con una población permanente, permiten distinguir a un Estado de algo que no lo es. Estos gobernantes, más los que tomaron la iniciativa con anterioridad, como Sánchez, igual que otros muchos Estados miembros de la ONU que lo hicieron hace años, no serán tan ingenuos como para ignorar que este reconocimiento equivale al reconocimiento de una entidad fantasma y que su gesto es sólo un gesto. Una población palestina reducida al estatus de refugiada permanente, presentada como víctima constante de la agresión de Israel –nunca de los países árabes–, y dependiente de la ayuda humanitaria foránea y de la ONU ha sido la base sobre la que se han levantado las narrativas que han hecho de este conflicto uno insoluble.
Author: Cristina Losada
Published at: 2025-08-11 20:04:12
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