Viiktoria vive en esta ciudad del sur de Ucrania que al comienzo de la guerra se ganó el título de ser la primera que logró repeler el avance ruso y donde ahora algunos temen, como en buena parte del país, que los más de tres años de resistencia hayan sido en vano. “El último ataque con un misil balístico a principios de mes”, dice Viiktoria, que no oculta su rabia con este delicado contexto, un día después del dramático discurso de Zelensky en el que le dijo a la población que debía elegir entre perder la dignidad o perder un aliado. Ucrania no tiene buen recuerdo de los acuerdos que Estados Unidos y Rusia la han forzado a firmar, como el memorándum de Budapest de 1994, por el cual entregó el arsenal nuclear que le había quedado de la etapa soviética a cambio de que se respetara su integridad territorial.
Author: LA NACION
Published at: 2025-11-22 20:47:03
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