De hecho, en la Semana de Cine de Cannes que se inaugura hoy en Buenos Aires puede verse su despedida del cine como Hans, el extraño exiliado alemán lleno de cicatrices en El agente secreto, de Kleber Mendonça Filho (se exhibe el sábado 29, en el Cine Gaumont), el director brasileño que lo había convocado previamente para Bacurau, y donde su personaje llamado Michael le permitió ganar el premio al Mejor Villano de la Seattle Film Critics Society. Pero la carrera de Udo Kier en el cine se remontaba a finales de la década del 60, cuando comenzaba su labor en cortometrajes y películas clase B del cine francés, alemán e incluso el italiano, donde actúa a las órdenes de Massimo Franciosa en La stagione dei sensi, junto a Laura Belli y conoce al aún guionista y luego padre del cine de terror italiano Dario Argento. Para Udo Kier significaron convertirse en un actor de culto y nunca dejar de trabajar, además de que a partir de entonces los refinados directores de culto europeos lo harían parte de sus producciones: el húngaro Miklós Jancsó para Rapsodia húngara; Rainer Werner Fassbinder con La tercera generación, Berlín Alexanderplatz, Lili Marlene y Lola, donde no aparece en créditos al igual que en el clip de Madonna: Deeper and Deeper.
Author: Pablo De Vita
Published at: 2025-11-24 16:53:43
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