Muerte de un miliciano

Muerte de un miliciano


Como tantas veces, los amigos del régimen del 39 aprovechan lo que sea, lógica y comprensiblemente, para justificar la destrucción de la II República española, el asesinato de cientos de miles de personas, el exilio de la cultura y la ciencia y la innegable alianza de las élites económicas del país con el nazismo; lo que sea, cualquier cosa, incluido lo que pasó o dejó de pasar con una fotografía en concreto. Pues bien, la locura del tipo de locos al que me refiero tiene un sesgo interesante: jamás insinuarían que la demostrada escenificación de Alzando la bandera en Iwo Jima (1945) reste justificación a la campaña de los aliados contra el Eje o, peor aún, demuestre que el Japón imperial y la Alemania nazi tenían razón; pero, si se trata de Muerte de un miliciano, su actitud cambia por completo. Sólo es una pequeñísima parte de la obra del conocido ministro del III Reich, la que tradujo al inglés el periodista Louis P. Kochner, activista por la paz durante la década de 1920 y premio Pulitzer por su trabajo como corresponsal de guerra (1939); sólo es un aperitivo, por así decirlo, donde se leen afirmaciones como las siguientes, tristemente correctas: “la propaganda funciona mejor cuando los manipulados creen que actúan por voluntad propia”, los manipulados deben estar “inmersos en las ideas de la propaganda, sin notar siquiera que están inmersos en ella” y, en un alarde de sinceridad –que nos devuelve aún más al tema–, “con propaganda hicimos el Reich”.

Author: Jesús Gómez Gutiérrez


Published at: 2025-10-04 19:14:56

Still want to read the full version? Full article