Ubicadas a unos 130 kilómetros de la costa de Nayarit, las cuatro islas, y en particular María Madre, pasaron de ser la última colonia penal insular de América a convertirse en una reserva de la biosfera administrada por la marina mexicana. Aunque como decíamos, en sus inicios la prisión tenía un régimen relativamente abierto (permitía incluso que algunos internos vivieran con sus familias), el endurecimiento de la política penitenciaria tras la guerra contra el narcotráfico en 2006 y la apertura del módulo de máxima seguridad agravaron el hacinamiento. Así, en la experiencia de la visita conviven dos relatos: el de una prisión infame que funcionó como herramienta de control social y represión durante más de un siglo, y el de un ecosistema resiliente que ahora parece ofrecer una promesa de redención a través del turismo responsable y la memoria colectiva.
Author: Miguel Jorge
Published at: 2025-05-17 18:01:24
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