Años después, en 1914, con el inicio de la Primera Guerra Mundial y el conflicto revolucionario, Julián compró la parte de su hermano por 30 mil pesos (tres veces más de su valor original) y quedó como único dueño del negocio. Señaló que décadas más tarde, en una carta que envió a sus hijos en 1953, su padre admitiría que, más allá del dinero y los negocios, lo que más le gustaba de México era la gran libertad que había, especialmente la religiosa. Recuerda que su padre le enseñó a administrar su “domingo” en una libreta de ingresos y egresos, además de llevar el control de los recibos de algunos inmuebles que tenía en renta.
Author: Redacción
Published at: 2025-10-05 14:30:00
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