Un trato sucio permitiría a Putin conservar el territorio que ya ha robado, pero con fuerzas militares occidentales sobre el terreno en Ucrania, lo que garantizaría que nunca pudiera reiniciar la guerra, excepto entrando en guerra con todo Occidente; garantizaría que las ganancias ilícitas de Putin nunca fueran bendecidas con un reconocimiento diplomático formal que recompensara la adquisición de territorio por la fuerza; y garantizaría que Ucrania pudiera mantener el tamaño de un ejército que necesitara para defenderse y pudiera convertirse en miembro de la Unión Europea (aunque no de la OTAN) cuando estuviera listo. En la diplomacia, la influencia se mide por la fuerza militar que se puede desplegar en el campo de batalla, el aislamiento económico y el sufrimiento que se puede infligir al oponente y, por último, pero no menos importante, la capacidad de poner a la población del oponente en contra de sus propios líderes para obligarlo a cambiar de rumbo. Suspendió toda la financiación estadounidense a Ucrania para la compra de armas estadounidenses, le negó el acceso a armas cruciales como nuestros misiles de crucero Tomahawk, que podrían perjudicar gravemente a Putin en su territorio —y que los europeos pagarían—, y mintió descaradamente al afirmar que fue Ucrania, no Rusia, quien inició la guerra y que el líder de Ucrania, no el de Rusia, era el dictador ilegítimo.
Author: Thomas L. Friedman
Published at: 2025-12-04 18:49:25
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