Aunque la intención del presidente norteamericano parecía más política que técnica (aludiendo a pruebas de sistemas de lanzamiento y no a detonaciones reales), en Moscú la interpretación fue otra: el Ministerio de Defensa asumió que Washington busca reabrir la carrera nuclear y recomendó a Putin estar listo para “pruebas completas” en el campo ártico de Novaya Zemlya. A pesar de mantener cierto respeto técnico por los límites de lanzamiento, la ausencia de verificación y transparencia ha convertido los arsenales de Washington y Moscú (5.177 y 5.459 ojivas, respectivamente) en un terreno de sospecha permanente. La orden de Putin, más que un paso técnico, representa un mensaje político: que Rusia no permitirá a Estados Unidos monopolizar el gesto simbólico de reanudar ensayos que, de llevarse a cabo, romperían el tabú vigente desde 1990 y el espíritu del Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares.
Author: Miguel Jorge
Published at: 2025-11-07 13:30:12
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