Los escalones blancos

Los escalones blancos


Cantaba cuando montaba en bicicleta y cuando fregaba casas de Baltimore a cambio de un sueldo miserable, que en el mejor de sus días llegó a la friolera de 2,10 dólares, el equivalente a “catorce cocinas o suelos de cuartos de baño y un montón de escalones” blancos. Ni la década de 1930 era la de 1960 ni se debe poner en el mismo plano a una persona que aprendió a cantar sobreviviendo en calles y tugurios y a otra de formación tan clásica que estudió en la Juilliard School de Nueva York, por mucho que las dos sufrieran el racismo en carne propia. En un mundo diferente, o siquiera vagamente cercano a la realidad edulcorada de Hollywood, aquello sólo habría sido el principio de una carrera asombrosa; en el mundo real, Billie Holiday sufrió una persecución en toda regla por parte del Federal Bureau of Narcotics (FSN) desde el preciso momento en que empezó a cantar la mencionada Strange Fruit: “Sangre en las hojas y sangre en las raíces,/ cuerpos negros balanceándose en la sureña brisa,/ fruta extraña colgando de los álamos”.

Author: Jesús Gómez Gutiérrez


Published at: 2025-04-26 19:50:04

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