Aunque en su seno conviven voces diversas sobre cuál es la mejor solución para el faraónico mausoleo mandado construir por Franco para honrar su victoria en la Guerra Civil, todas coinciden en algo: la permanencia en la basílica de los monjes benedictinos, que en varias ocasiones el Ejecutivo de Pedro Sánchez prometió desalojar, es “incompatible” con una transformación completa del espacio y “una falta de respeto” dado el papel que tuvo la Iglesia durante la dictadura. Para Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, también censura la permanencia de los monjes en el Valle y hace referencia no solo “a su papel durante la dictadura” sino también al intento de frenar la exhumación de Franco que protagonizó el prior Santiago Cantera, cuya salida del mausoleo ha sido una línea roja para el Ejecutivo. A pesar de que sobre la mesa del Gobierno no haya estado la posible demolición de la cruz de Cuelgamuros, el símbolo religioso por excelencia representa para las víctimas “la más pura alianza entre la Iglesia y los golpistas, que son quienes nos robaron a nuestros familiares”, esgrime Canales sobre el traslado que una vez inaugurado el Valle se hizo de 33.000 víctimas de la Guerra Civil, una parte de las mismas republicanas.
Author: Marta Borraz
Published at: 2025-04-09 20:17:56
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