En 1929 fue una de las responsables de la política bibliotecaria nacional dentro de la Institución Libre de Enseñanza. En muchos casos era el maestro de la escuela el responsable de la biblioteca y el gestor de la misma, pero en ocasiones no era la persona más adecuada. […]No será buen bibliotecario el individuo que recibe invariablemente al forastero con palabras que tenemos grabadas en el cerebro, a fuerza de oírlas, los que con una misión cultural hemos visitado pueblos españoles: «Mire usted: en este pueblo son muy cerriles: usted hábleles de ir al baile, al fútbol o al cine, pero… ¡A la biblioteca…!».
Author: Manuel J. Prieto
Published at: 2025-04-09 22:06:30
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