Su proliferación ha reconfigurado el frente, extendiendo la zona de peligro 10 a 15 kilómetros más allá de la línea de contacto y haciendo vulnerables posiciones que antes se consideraban seguras. Diseñada como defensa naval, puede destruir un dron con una precisión quirúrgica: apunta a un objetivo del tamaño de una moneda desde un kilómetro de distancia, y su coste por disparo es de apenas 10 libras. Pero la aparición de armas láser y sistemas de radiofrecuencia reabre el tablero, mostrando que ninguna tecnología es definitiva en el campo de batalla.
Author: Martín Nicolás Parolari
Published at: 2025-11-29 16:30:03
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