Bélgica, el país en el que se encuentra la empresa que tiene la mayoría de estos activos, se niega por el momento a permitir que la UE haga uso de ellos para dar asistencia financiera a Kiev. Eso significa que, al menos hasta ahora, cualquier país que se opusiera a la renovación de las medidas restrictivas contra Rusia provocaría que caducara esa inmovilización de activos y obligaría a devolver a Rusia los cerca de 210.000 millones de euros que se encuentran congelados en la Unión Europea. Para evitar que eso ocurra, los embajadores han acordado hacer uso de una cláusula legal extraordinaria, el artículo 122 de los Tratados, para suprimir una fecha límite a esa inmovilización y eliminar así la opción que alguno de los países más cercanos a Moscú —como son Hungría y Eslovaquia— puedan vetar la renovación y provocar que toda la arquitectura del crédito a Ucrania se desmorone.
Author: Nacho Alarcón. Bruselas
Published at: 2025-12-11 16:55:00
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