"No hay día que pase que no piense en mi padre y en qué diría si me viese en un bar con las paredes pintarrajeadas, cuando él las forraba de caoba, y con destilados sin marca, cuando él era el mayor comprador de las grandes destilerías escocesas". Iba para cervecería irlandesa -abrió con 15 grifos conectados a una habitación fría, presagio de este Macera- y se convierte en templo de la coctelería madrileña con Carlos Moreno en la barra: "Puso de moda los gintónics de ensaladas y la gente pagaba 20 euros por copa". Mientras el imperio empieza a derrumbarse, Dani estudia en Suiza y Estados Unidos, trabaja en michelines de Francia y en el Connaught de Londres, y le preparan para dirigir el primer Soho House de España.
Author: elmundo.es
Published at: 2025-07-02 22:26:16
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