De la manera más evidente, el despliegue de una flotilla de buques de guerra en el sur del Caribe evoca los oscuros ecos de la “diplomacia de las cañoneras”: el envío unilateral de infantes de marina o soldados para coaccionar a gobiernos extranjeros, práctica especialmente frecuente en Latinoamérica. Durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, Washington continuó dictando la política de América Latina, mostrando una marcada disposición a responder a cualquier amenaza percibida contra las inversiones o los mercados estadounidenses y respaldando dictaduras afines a Washington, como el régimen de Augusto Pinochet en Chile entre 1973 y 1990. El respeto a la soberanía nacional y la no intervención —principios fundamentales en el hemisferio—, especialmente en el contexto del aumento de la violencia relacionada con el narcotráfico, ha apaciguado en gran medida la resistencia a la presencia de tropas estadounidenses en los países más grandes del hemisferio, como México y Brasil.
Author: Forbes Staff
Published at: 2025-11-08 18:00:00
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