A medida que el fútbol español busca proteger sus derechos de propiedad intelectual, también se enfrenta a la tarea de reenganchar al aficionado, de justificar el valor de una suscripción y de construir una conexión emocional que la piratería, a pesar de su visibilidad, no puede replicar. Sin embargo, la defensa de los dirigentes del fútbol, en lugar de encontrar modelos que acerquen el fútbol a los aficionados, terminan como aquella metáfora de matar moscas a cañonazos y que ilustra con precisión las complejidades y frustraciones de la lucha contra las redes de piratería de fútbol de origen asiático. La batalla contra la piratería del fútbol no es meramente una cuestión de derechos de autor, sino un reflejo de las tensiones inherentes entre la comercialización del deporte, la accesibilidad de los contenidos y la evolución de los hábitos de consumo digital.
Published at: 2025-08-25 21:19:38
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