La periodista Bisan Owda, desde Gaza, se preguntaba esta semana cómo se puede vivir en un mundo “en el que parece que sea legal, normal y correcto” el hecho de que “un niño de cuatro años, que lo único que conoce es genocidio, tenga que recolectar los trozos del cuerpo de su mamá y meterlos en una bolsa de plástico después de que un ataque israelí la haya matado”. Al igual que la reportera Shireen Abu Akleh, asesinada por un ataque israelí en Cisjordania en 2022, Hossam Shabat y muchos otros periodistas de Gaza ejercieron su oficio con una responsabilidad que no les ha sido correspondida desde una parte importante de la prensa internacional. Sin el trabajo de los periodistas de la Franja no conoceríamos buena parte de lo que allí ocurre y, por tanto, no se habrían podido descifrar la complicidad y los dobles raseros de la comunidad internacional occidental.
Author: Olga Rodríguez
Published at: 2025-03-29 20:56:08
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